30 de enero de 2006

Nace movimiento de mujeres para apoyar Gobierno de Bachelet y asegurar mayor democracia



Con dirigentas políticas y sociales de Tarapacá

Con cerca de una veintena de mujeres representantes de los partidos políticos de la Concertación y otras instancias democráticas, entre las que se cuentan dirigentas sociales, gremiales y del mundo indígena se constituyó el Movimiento de "Mujeres construyendo país", por un gobierno con más democracia, transparencia y participación.
La nueva organización, que nace con personalidad jurídica, a través de la cual se pretende asegurar la permanencia de este movimiento de mujeres "se funda con el objeto de apoyar el gobierno de Michelle Bachelet y para agrupar a las mujeres en pos de acrecentar la igualdad de oportunidades y acrecentar la verdadera participación ciudadana que tanto reclamamos los chileno y chilenas desde hace un par de décadas, en especial, durante los pasados comicios electorales".
Así lo enfatizaron las representantes de los cuatro partidos políticos de la concertación que oficiaron la conferencia de prensa, en la que se dieron a conocer, entre las que se contaban Virginia Dávalos, Silvia Prieto y Cynthia Lineros del PPD; Esmeralda Vásquez y Doris Morales del PDC; Roxana Vigueras y Silvia Fuentes del PS; María Isabel Salinas presidenta comunal del PS en Pica; Ana Corail y Alejandra Flores representantes del mundo aymara y María Teresa González de Alto Hospicio, entre otras mujeres.
"Porque estamos seguras que con el gobierno que encabezará Michelle Bachelet, a partir del 11 de marzo, se inicia una nueva era en la historia de nuestro país, con una profundización de la democracia, mayor igualdad de oportunidades, con más transparencia y equidad para todos los segmentos de nuestra sociedad. Pero creemos que ese proceso debe ser apoyado por las bases sociales; es decir, todos y especialmente todas debemos sumarnos para construir esta nueva etapa, que por tanto tiempo ha esperado la ciudadanía", aseguraron.
"La gente no sólo quiere un exitismo económico y financiero, sino también , quiere verdadera participación en la construcción de un Chile mejor, en las políticas de distribución de los ingresos, quiere autoridades transparentes en su quehacer y cercanas a las necesidades de la ciudadanía, quiere verdaderos cambios. Cambios que Bachelet efectuará con la ayuda de organizaciones de base, pluralistas y compuesta por personas dispuestas a trabajar con espíritu de servicio público como las pertenecientes al Movimiento de "Mujeres construyendo país", enfatizaron.
Las dirigentas elevaron su invitación argumentando que "... por eso hacemos un llamado a todas aquellas mujeres que quieran sumarse a esta iniciativa unificadora donde solo tienen cabida quienes aman la democracia y una forma de hacer política de cara a la gente. Porque más de un cincuenta por ciento de la población electoral fueron quienes decidieron que Michelle debía dirigir los destinos de nuestro país los próximos cuatro años, pensando en su transparencia, sensibilidad de mujeres y cercanía con la gente. Nosotras queremos organizarnos para ayudar en la tarea de abrir nuevos camino en un país donde los temas fundamentales sean aquellos que dan cuenta de las verdaderas necesidades de la mayoría de los chilenos como por ejemplo la igualdad de oportunidades para obtener un trabajo digno, donde los trabajadores se les respeten sus derechos laborales y las familias tengan derecho a una vivienda digna, los hijos verdadero acceso a una educación con excelencia académica y donde todos los chilenos tengan derecho a una atención de calidad en materia de salud.
Quienes deseen sumarse a este quehacer se puede dirigir a la página web o en http://mujeresconstruyendopais.blogspot.com/ o al fono 413930 entre las 11 y 14 horas y entre las 18 y 21 horas.
Una de las primeras actividades que realizará este movimiento de mujeres de Tarapacá emergente es la organización de la conmemoración del día internacional de la mujer a celebrarse este 8 de marzo y la celebración de la ascensión del mando de la primera mandataria mujer de Chile y Latinoamérica, Michelle Bachelet Jeria.


Participación y representatividad

En medio de esta ola de cambios y considerando lo prometido por Bachele y su equipo durante su campaña donde se aseguró que "la misión del próximo gobierno de Chile es convocar y estimular las voluntades y sueños de los chilenos para actuar juntos y construir el país que queremos" las dirigentas manifestaron "preocupación por la conformación del equipo que integrará el nuevo gabinete regional, y la real posibilidad que sea realmente representativo y considere a profesionales capaces y con gran sensibilidad social, ya que estas constituyen una de las principales demandas de la ciudadanía para esta nueva gestión, según expresiones vertidas alrededor de los recientes comicios electorales", enfatizaron.

"Considerando el nuevo trato con la ciudadanía propuesto por la nueva mandataria chilena, el que señala que la confianza del gobierno y en el Estado depende, en gran medida de la calidad del trato que se otorgue a los ciudadanos cuando son atendidos en los servicios públicos ypor ende, éste dependerá de quienes detenten esos cargos es que, en representación de todas nuestras bases, proponemos a dos excelentes candidatas que reúnen todas las competencias humanas y técnicas necesarias, para acompañar en la dirección del desarrollo de esta región, a Bachelet en el cargo de la Intendencia Regional. Ellas son la doctora Roxana Vigueras y la ex diputada Antonella Sciaraffia", declararon.

"Ambas profesionales poseen una vasta e impecable trayectoria como dirigentas políticas y han demostrado calidad moral y una férrea defensa de los intereses de sus representados". Por eso, propondremos a la presidenta que considere estas postulaciones, porque sus nominaciones surgen de las bases sociales que se encuentran plenamente representadas en nosotras y no entre cuatro paredes o entre la élite política, como se han efectuado anteriormente las nominaciones de los cargos regionales y, finalmente, sus gestiones han sido cuestionadas por la comunidad ya que no responden a las necesidades de la gente, produciendo el consabido desencanto en la ciudadanía", argumentaron las dirigentas.


29 de enero de 2006

Carta a los chilenos


CARTA A LOS CHILENOS


Quiero, antes de que comience la lectura de este Programa de Gobierno, compartir algunas
cosas que he aprendido en estos meses al escuchar a los chilenos y al estar con ellos,
creando una nueva esperanza.

Yo no fui criada para el poder ni nunca hice nada para obtenerlo. No pertenezco a la élite
tradicional. Mi apellido no es de los apellidos fundadores de Chile. Me eduqué en un
liceo público y en la Universidad de Chile. Estudié medicina porque me maravillaba la
posibilidad de curar a un enfermo, de quitar el dolor, de borrar la angustia y traer de
vuelta la alegría al hogar de un niño enfermo.

Como a la mayor parte de los chilenos, no se me ha regalado nada. Casi todo lo que sé
lo he aprendido luchando, por amor a mis hijos, a mi profesión, a mi país.
La política entró a mi vida destrozando lo que más amaba. Porque fui víctima del odio,
he consagrado mi vida a revertir su garra y convertirlo en comprensión, tolerancia y –por
qué no decirlo– en amor.

He vivido demasiado de cerca la historia de Chile para no reconocer cuando veo una
oportunidad histórica. Y ésta es, sin duda, una oportunidad histórica. Un momento irrepetible
para Chile.

Hoy, gracias al esfuerzo de los tres gobiernos de la Concertación, los chilenos podemos
mirar el cielo con los pies bien puestos en la tierra. Sabemos que el desarrollo con justicia
y la paz con libertad no son palabras vacías, sino metas que podemos lograr. Sólo
dependen de que sepamos trabajar juntos.

Hoy sentimos como nunca que las divisiones, el odio y el miedo son parte del pasado. El
pasado que encarnan esos que quieren que Chile cambie sin cambiar ellos. Esos que no
conciben dejar atrás ni sus peleas ni sus egos por el bien del país. Esos que hacen de la
arrogancia y el miedo su única bandera.

Después de 17 años de volver a la democracia, los chilenos somos mayores de edad.
Autónomos, libres, responsables, ya sin padres protectores que nos digan qué debemos
pensar, hacer o soñar. Preparados para lograr con madurez un país justo y próspero para
todos.

Mi candidatura surgió espontáneamente del apoyo de los ciudadanos. No surgió de una
negociación a puertas cerradas ni de un cónclave partidista. Este programa refleja esos
orígenes de mi candidatura. Cientos de personas aportaron a él, en diálogos ciudadanos
y grupos de trabajo.

Es un programa pensado desde las necesidades de los chilenos que no opinan en los diarios
o la televisión, que no pueden contratar a un influyente estudio de abogados, que
no tienen parientes o cuñas en el aparato público, en el Congreso, en los gremios o en
los pasillos del poder.


Se ha criticado mucho mi empeño en consultar, en incluir a la gente. Para las élites, escuchar
es una señal de debilidad. Estoy convencida, al contrario, de que ahí reside la fuerza
de lo que estamos haciendo.

Porque la principal riqueza de Chile no es su cobre, la fruta o la madera, sino su gente.
Esta riqueza de ingenio, de ganas, de sueños, es la que yo quiero potenciar. Estoy convencida
de que las chilenas y los chilenos podemos más. Más ideas, más trabajo, más
fuerza, más riqueza.

Este Programa de Gobierno quiere estar a la altura de ese potencial. Es por eso, al mismo
tiempo, un programa ambicioso y realista. Todos sabemos que los problemas que deberemos
abordar no son fáciles ni se solucionan de la noche a la mañana. Mi única promesa
de gobierno es ayudar con todas mis fuerzas y capacidad a crear una sociedad en la
que nadie pueda decir "no pude", ni menos "no me dejaron".

Para lograr ese objetivo central necesitamos invertir más en educación, desde la preesecolar
hasta la universitaria. Al mismo tiempo debemos someternos a más claros y más
exigentes estándares de calidad de la enseñanza. Debemos acabar con los enclaves autoritarios
en la escuela y aplicar planes y programas que fortalezcan la investigación y la
creatividad en los estudiantes.

Necesitamos dar un salto gigante en protección social: mejores jubilaciones, un seguro de
cesantía más generoso y estándares mínimos de salud para todos. Porque es inmoral que
muchos chilenos no tengan derecho a enfermarse o a envejecer sin caer en la pobreza.
Es inmoral que tantas familias de clase media vivan con el temor de que algún evento
inesperado les hará perder lo conseguido con largos años de esfuerzo.

Necesitamos seguir caminando con seguridad en la senda del desarrollo económico,
basado en la seriedad y el equilibrio presupuestario, sin por eso dejar de ayudar a los que
quedan rezagados y nos necesitan.

Necesitamos romper las fronteras invisibles que la delincuencia traza en la ciudad, formar
más y mejores policías, tanto en Carabineros como en Investigaciones, y seguir profundizando
las reformas de la justicia y de las cárceles.

Necesitamos que nuestro Estado rinda más y trate mejor a la gente. No puede ser que
demasiados chilenos se sientan solos y desprotegidos, porque se encuentran con una
municipalidad, con una posta o un hospital, con una escuela o un liceo, con una oficina
pública cualquiera, que no los toma en cuenta y, a menudo, los tramita y posterga y ningunea.
Necesitamos que las mujeres tengamos no sólo los mismos derechos que los hombres,
sino la posibilidad –a través de una verdadera política de apoyo– de ejercer estos dere-
chos. Que una mujer sea Presidenta no debe ser visto como una rareza, sino como un
augurio.

Necesitamos crear nuevos espacios de libertad para darle voz a un Chile plural y diverso,
en que todos nos sintamos cómodos, sin censuras y sin arrogancias.

¿Cómo lograr todo esto? Este programa está lleno de cifras, de medidas concretas para
lograrlo. Es a la vez una brújula y una carta de navegación que nos indica por dónde ir.
Mientras vuelvo a leer este Programa de Gobierno veo también rostros y voces de tantos
chilenos con los que he compartido estos meses. Chilenos que viven con mucho esfuerzo
y dificultades, trabajando más de doce horas al día, no sabiendo a veces cómo llegar
a fin de mes, pero que una y otra vez me dicen "creemos en usted, doctora".

Esa fe de tantas y tantos me hace sentir responsable y humilde. Yo, como ellos, creo en
las personas mucho más de lo que creo en los discursos, las encuestas o las cifras. La fe
en las personas ha sido el centro de mi vida y mi trabajo, y sé que será el motor de ese
nuevo Chile que construiremos entre todos.

Mi tarea no es otra que brindar a los chilenos las oportunidades para que Chile sea de
todos y todos seamos Chile. La llave del futuro no está en las manos de nadie, sino en las
de todos. Entre todos podemos lograr el cambio y mirar frente a frente un país mejor. Para
mí es un privilegio poder servir a los chilenos en esta fértil y nueva primavera.



Michelle Bachelet Jeria